Introducción

La sepsis neonatal es una condición médica crítica que afecta a recién nacidos, caracterizada por una infección sistémica que puede comprometer múltiples órganos y, sin tratamiento adecuado, poner en riesgo la vida. A continuación, se presenta un análisis detallado de sus factores de riesgo, manifestaciones clínicas, herramientas diagnósticas y enfoques terapéuticos, basado en evidencia científica actualizada.

Clasificación de la Sepsis Neonatal

La sepsis neonatal se clasifica en:

1. Sepsis temprana: Surge dentro de las primeras 72 horas de vida, generalmente relacionada con la transmisión vertical durante el parto.

2. Sepsis tardía: Aparece después de las 72 horas, frecuentemente asociada a factores externos, como infecciones nosocomiales o procedimientos invasivos.

Factores de Riesgo

Maternos

Los factores asociados al riesgo de transmisión incluyen:

• Ruptura prematura de membranas (RPM): Especialmente si dura más de 18 horas.

• Fiebre materna inexplicada: Un signo común de infección intraamniótica.

• Colonización o infección del tracto genital: Como la causada por Streptococcus agalactiae.

Neonatales

En los recién nacidos, los factores de riesgo más importantes incluyen:

• Prematuridad: Debido a la inmadurez del sistema inmunológico y barreras físicas menos efectivas.

• Bajo peso al nacer: Asociado a una menor capacidad para manejar infecciones.

• Género masculino: Relacionado con diferencias hormonales e inmunológicas.

• Puntaje de Apgar a los 5 minutos menor de 5: Indicativo de compromiso neonatal severo.

Fisiopatología

La sepsis neonatal se inicia con la entrada de microorganismos al cuerpo del recién nacido. En casos de sepsis temprana, la infección suele comenzar en los pulmones como neumonía, diseminándose rápidamente a través de la sangre (vía hematógena) hacia otros órganos.

El sistema inmunitario neonatal, que carece de anticuerpos adquiridos y una respuesta inflamatoria madura, es incapaz de contener la proliferación bacteriana de manera efectiva. Esto conduce a una liberación masiva de mediadores inflamatorios, como la interleucina-6 (IL-6) y el factor de necrosis tumoral alfa (TNF-α), desencadenando disfunción endotelial, hipotensión, y, en casos graves, fallo multiorgánico.

Manifestaciones Clínicas

Los signos y síntomas de la sepsis neonatal son inespecíficos y variados, pero es crucial reconocer los siguientes signos de alarma:

• Alteraciones de temperatura: Hipotermia o hipertermia.

• Signos respiratorios: Taquipnea, hipoxia y cianosis.

• Manifestaciones cardiovasculares: Hipotensión, taquicardia, y, en etapas avanzadas, shock séptico.

• Alteraciones neurológicas: Letargia, irritabilidad, convulsiones o bajo nivel de respuesta.

• Síntomas gastrointestinales: Distensión abdominal, vómitos, o intolerancia a la alimentación.

Diagnóstico

El diagnóstico de sepsis neonatal requiere un enfoque integral que combine la evaluación clínica con pruebas de laboratorio específicas.

1. Factores clínicos y de riesgo: La presencia de factores como RPM prolongada, fiebre materna o bajo peso al nacer debe aumentar la sospecha clínica.

2. Pruebas de laboratorio:

• Hemocultivo: Es el estándar de oro; un resultado positivo confirma el diagnóstico, aunque un resultado negativo no descarta la sepsis clínica.

• Marcadores inflamatorios:

• PCR (Proteína C Reactiva): Elevada entre las 24-72 horas de la infección.

• Procalcitonina: Especialmente útil en sepsis tardía; valores >0,5 ng/mL indican infección significativa.

• IL-6: Elevada en fases tempranas.

• Hemograma completo: Puede mostrar leucocitosis, leucopenia o trombocitopenia.

3. Imagenología: Se reserva para casos con sospecha de focos específicos. Por ejemplo:

• Radiografía de tórax: Indicada ante signos respiratorios.

• Ecografía abdominal: Útil en casos de distensión o perforación intestinal.

Tratamiento

El tratamiento de la sepsis neonatal debe ser rápido y basado en tres pilares fundamentales:

1. Antibióticos:

• Terapia empírica inicial: Ampicilina combinada con gentamicina.

• Cefalosporinas de tercera generación (e.g., cefotaxima) si se sospechan infecciones graves o resistencia bacteriana.

• Evitar ceftriaxona, ya que puede causar hiperbilirrubinemia al desplazar la bilirrubina de la albúmina.

2. Soporte hemodinámico:

• Administración de líquidos intravenosos para mantener una perfusión adecuada.

• Uso de vasopresores como dopamina o dobutamina si la hipotensión persiste.

3. Medidas generales:

• Oxigenoterapia: Para corregir hipoxemia.

• Nutrición parenteral: Para mitigar el catabolismo asociado a la sepsis.

• Punción lumbar diferida en neonatos clínicamente inestables, pero necesaria en casos de sospecha de meningitis.

Diferencias con la Sepsis en Adultos

Si bien tanto la sepsis neonatal como la adulta comparten características como disfunción orgánica y necesidad de antibióticos tempranos, las diferencias principales incluyen:

• Sistema inmunológico: En neonatos, la inmadurez inmunitaria aumenta la vulnerabilidad a infecciones.

• Presentación clínica: Es menos específica en neonatos, dificultando el diagnóstico temprano.

• Pruebas diagnósticas: La PCR y otros marcadores tienen valores de referencia diferentes en neonatos.

Reflexión Final

La sepsis neonatal sigue siendo un desafío médico que requiere una intervención rápida y multidisciplinaria. La clave para mejorar los resultados radica en reconocer factores de riesgo críticos, actuar con rapidez mediante terapia antibiótica adecuada y proporcionar soporte hemodinámico.

Los avances futuros en inmunomodulación y biomarcadores pueden ofrecer nuevas herramientas para personalizar el tratamiento y reducir la mortalidad neonatal. Entretanto, el enfoque temprano y agresivo sigue siendo la estrategia más efectiva para salvar vidas.